Considero que el campo científico que más intensamente representa el avance de la ciencia para la gran mayoría de la humanidad es el de la Conquista Espacial. La llegada del hombre a la Luna el 20 de Julio de 1969 ha sido el evento televisivo más visto por la humanidad desde el invento de la Televisión y seguramente, cuando llegue la siguiente tripulación humana a la Luna para iniciar la instalación de una Base Permanente será lo mismo, ya no digamos el día en que arribe a Marte la primera Misión tripulada.
Este pasado 21 de mayo ocurrió otro magno acontecimiento en que se puso de manifiesto la íntima unión de los esfuerzos humanos por la conquista del cosmos y el avance de la ciencia, y la vivencia plena y consciente de una fe religiosa profunda y razonada. Una muestra palpable y clara de esa "Armonía entre la Ciencia y la Fe" que tan admirablemente describió y analizó el querido Papa Juan Pablo II en su conocida Encíclica FIDES ET RATIO. Su Santidad Benedicto XVI charló con los tripulantes de la Estación Espacial Internacional por alrededor de 20 minutos planteándoles preguntas relacionadas con su trabajo científico y sus creencias personales.
Lo más trascendente de este acontecimiento es mostrar como la Iglesia Católica acompaña los esfuerzos del espíritu humano, en cualquier disciplina en que se manifieste y que la Iglesia, no sólo no es enemiga del espíritu de aventura y de búsqueda de la verdad y del conocimiento por parte de la humanidad, sino que es parte medular de este esfuerzo encabezándolo frecuentemente y acompañándolo siempre. La Conversación puede leerse en: http://www.zenit.org/article-39343?l=spanish
De modo que la Conquista Espacial es la actividad científica por excelencia en la mente de la inmensa mayoría de la humanidad. Y los hechos transcurridos desde que se inició esta aventura nos demuestran cómo, el espíritu religioso, el sentido de trascendencia, la humildad ante la grandeza de la obras de Dios acompaña esta epopeya de la humanidad.
Para quienes afirman que el progreso científico está arrinconando a la religión a las más obscuras esquinas de nuestra ignorancia, la realidad les está dando un mentís rotundo. La conquista del espacio ha estado vinculada profundamente desde el inicio, con ese sentimiento profundo de reverencia, respeto y sumisión hacia el Creador que se manifiesta en el centro mismo del corazón del hombre, desde que este es hombre. La certeza, impresa profundamente en su conciencia y en su alma de la existencia de un Ser infinitamente bueno, bello, bondadoso, omnisciente, y amoroso.
Desde que Yuri Gagarin -el primer hombre en desprenderse de la Tierra en 1961- orbitó nuestro planeta, se manifestó que esta aventura estaría íntimamente ligada a Dios. En su caso, con su desafortunada frase "Dios no Existe, no lo vi ahora que estuve en el espacio" puso en evidencia, que Dios estaba presente en su mente desde el inicio de su misión, aunque de una manera negativa y que desgraciadamente lo único que consiguió con esa frase fue poner en evidencia su ignorancia y cómo los regímenes totalitarios como lo fue el Soviético, pretenden tergiversar la realidad para 'adaptarla' a sus presupuestos ideológicos. Con un mínimo de conocimiento religioso, aunque no se sea creyente, se sabe que Dios es un ser espiritual y por lo tanto no se le puede ver con los ojos materiales.
Pero unos años después, cuando los astronautas del Apolo 8 circunvolaron la Luna el 24 de diciembre de 1968 leyeron os primeros 10 versos del Génesis, mostrando como este esfuerzo científico y tecnológico sin precedentes estaba íntimamente unido a la fe religiosa con lo cual, no sólo no se estorbaba el esfuerzo del intelecto humano, sino que se le daba una proyección trascendente.
Han sido múltiples las manifestaciones de la Fe religiosa de muchos de los astronautas. Mencionaremos sólo a Ronald Garan quien en junio de 2008 llevó una reliquia de Santa Teresita del Niño Jesús en su vuelo a la Estación Espacial Internacional. Esta reliquia se la proporcionaron las Religiosas de la comunidad carmelita de New Caney, Texas.
Y qué decir del Astronauta de origen Mexicano José Hernández quien en noviembre de 2009 visitó la Basílica de Guadalupe para dar gracias por su exitoso viaje a la Estación Espacial Internacional entre agosto y septiembre de ese mismo año. Durante su estancia en el espacio y en entrevista en vivo con un programa de noticias mexicano declaró claramente que para él la ciencia y la fe estaban en perfecta armonía y que mientras más estudiaba ciencia más se sustentaba su fe.
Por lo anterior, este gesto del Papa Benedicto XVI no es más que la más reciente manifestación del acompañamiento de la Iglesia a los esfuerzos de la Conquista Espacial y del interés e importancia que la máxima autoridad de la Iglesia Católica le concede a este tema. No cabe duda de que, cuando se instale la primera Base Humana Permanente en la Luna, una de las primeras zonas que se habilitarán será una Capilla Religiosa Ecuménica en la cual los primeros "Lunáticos" (habitantes de la Luna) puedan expresar libre y respetuosamente sus creencias y convicciones religiosas.
Considero que la frase "Cuando la Ciencia avanza la Religión retrocede" debe ser sustituida por la frase "CUANDO LA CIENCIA AVANZA LA RELIGIÓN SE FORTALECE"