No cabe duda que el trato más benigno hacia los animales constituye un aspecto muy positivo de nuestro progreso moral; proceso largo y dificultoso, que ha permitido, poco a poco, superar situaciones intolerables e indignantes, como la esclavitud o el machismo.
Sin embargo, y como también ha sucedido otras veces, este loable proceso corre el riesgo de exagerarse y perder el rumbo (piénsese, por ejemplo, en el feminismo radical), al punto que puede terminar siendo peor el remedio que la enfermedad. Es lo que por desgracia está ocurriendo en algunos ámbitos científicos, preocupados por la experimentación con animales.
En efecto, en un documento del año 2009 de la Dirección General de Investigación de Ciencias de la Vida, Genómica y Biotecnología para la Salud, de la Unión Europea, titulado "Alternative Testing Strategies", que busca "Sustituir, reducir y refinar la utilización de animales en la investigación", se propone reemplazar a los animales por embriones humanos y por células madre embrionarias humanas obtenidos vía fertilización in Vitro.
Semejante iniciativa (que lleva ya varios años) se basa en el principio de las "Tres R": Reemplazo, Reducción o Refinamiento —léase: "producir menor daño"— en la utilización de animales para laboratorio (roedores, primates, gatos y perros, especialmente).
Como se sabe, las pruebas con animales resultan imprescindibles para evaluar el riesgo asociado para la salud humana (y también para el medio ambiente) de una serie de investigaciones vinculadas a la farmacología, la cosmética, los pesticidas, los aditivos alimentarios, y sus respectivos componentes químicos.
Sin embargo, a la luz de esta iniciativa, se da el absurdo que para evitar o al menos intentar evitar diversos efectos nocivos sobre seres humanos, y a fin —como reza el documento— de "maximizar el bienestar de los animales y reducir al mínimo el número de animales utilizados en experimentos con fines científicos", se propone emplear como "método alternativo" —y luego de "estrictas revisiones éticas"—, a embriones humanos.
Esto porque los experimentos "basados en modelos animales (resultan) de dudosa idoneidad para predecir los efectos en la salud humana, altamente largos y costosos, y plantean grandes preocupaciones sobre el bienestar animal". De esta manera, se pretende evitar que se sacrifiquen miles de ellos y abrir "nuevas puertas para la ciencia y los negocios".
Curiosa y peligrosa moral es ésta, que sacrifica a personas en pos de animales, para lo cual desconoce de manera flagrante la esencial igualdad del género humano y que como no existe la generación espontánea, la vida comienza desde la concepción. Es de esperar, así las cosas, que ninguno de nosotros sea considerado no-persona en el futuro, en aras del progreso científico y del bienestar animal.